Para que más...

Hace tiempo que no escribo, demasiado quizás. No se sí habrá sido por falta de tiempo, de ganas o simplemente porque siempre es más fácil no reconocer lo que sientes cuando no lo ves, o en este caso, lo escribes.

Rara vez he conseguido encontrar a alguien que me comprenda y mucho menos que me quiera por lo que soy, a lo que hay que sumar que sea capaz de aguantarme... Si, sé que soy rara, algo excéntrica, caprichosa, cabezota y una infinidad más de adjetivos no demasiado positivos, pero eso no significa que sea mala persona, ni que sea una excepción de entre toda ésta sociedad materialista, que sólo se fija en el físico, en lo que parecemos, en lo que aparentamos, pero nunca en lo que realmente somos.

Tengo unos valores, unos principios, que más o menos acertados, son míos y me soy fiel a mi misma, no por mi encabezonar, no por mi orgullo, sino porque si los pierdo a ellos, perdería la esencia de lo que soy. Ya he perdido la esperanza de encontrar alguna persona capaz de ver más allá de mi maquillaje, mi rimel o mi lápiz de ojos. 

Sin embargo, ese romanticismo innato que hay en mi, me hace creer que sigue habiendo príncipes azules, que algún caballero vendrá a rescatarme de mi torre de cristal, subido a su corcel, espada en mano, cabalgando contra el aire... ¿demasiada fantasía verdad? Pues esa soy yo, un pequeña soñadora que aún cree en los cuentos de hadas.

Pero bueno, ¿que sería de nosotros sí dejáramos de soñar, sí nos quitásemos la máscara de la inocencia? Pues no más que uno de los robots creados por ésta sociedad, arrebatados de nuestros ideales, por vendernos por un fin sin justificación. 

Podría continuar, pero para que más, sí yo lo único que quiero, es encontrar a mi príncipe azul, a mi caballero... Seguiré soñando... Soñad.